Santos Facundo y Primitivo de Silió






Se encuentra situada también esta iglesia en la Cuenca del Besaya,  muy próxima a la iglesia anterior de Bárcena de Pie de Concha. De ella no tenemos fecha de consagración, y muy poco o nada se sabe de las vicisitudes históricas de esta iglesia, no obstante, está emplazada en una zona privilegiada para aquella época, por ser lugar de paso muy transitado desde la costa al interior y viceversa. Así mismo, la existencia de dos portadas nos da a entender el carácter monasterial de la misma, al mismo tiempo que conserva una serie de restos iconográficos que nos están emparentando con esa iconografía de la primera mitad del S. XII.

 

 

En el muro sur se abre una de las portadas protegida por un pequeño tejaroz que alberga ocho canecillos, de los cuales sólo dos son antropomorfos, siendo los demás sencillos de proa de nave, pues quizás los primitivos hayan desaparecido, no obstante,  es otra de las iglesias en donde el desnudo vuelve a aparecer en su interior, y en la parte principal del mismo como es el ábside, lo que nos demuestra que éste no es privativo sólo de exteriores, y que puede conllevar implicaciones rituales de carácter sacro.

 


LAS PORTADAS

 




Una de ellas se encuentra ubicada en el muro del hastial, mientras que la otra, más monumental, se abre en el muro sur.


La del Oeste presenta arco de medio punto al exterior y apuntado en el interior. La puerta resaltada del muro se corona con diez canecillos, pero todos simples de caveto. La portada Sur es más complicada en su estructura que la anterior. Las arquivoltas no están soportadas por columnas, sino por pilastras, pero éstas, con los ángulos matados en semicírculo, presentan una decoración de espirales cerca del cimacio. Se encuentra, como vemos, resaltada del muro,  y se cubre con un tejadillo que alberga canecillos. Son los únicos de esta parte de la iglesia, pues en este muro sur no existen actualmente ninguno más, solamente una cabeza de animal está situada en el extremo izquierdo de éste.

 

 

 



  

 

En el Can. Tej. P. S. II vemos una representación humana sedente. Parece que tiene los párpados entornados, y algo sobre el regazo, pero demasiado deteriorado para poder precisar algo más con exactitud.





El otro es el Can. Tej. P. S. V, en el que aparece una figura humana con la cabeza completamente destrozada y muy deteriorado en sus otras partes. No obstante se puede ver todavía a un personaje al parecer desnudo, pues, al estar sentado y con las piernas separadas, muestra entre éstas la base de lo que fue en su día un falo de tremendas proporciones, así como lo que queda de sus testículos. Ambas manos se las lleva a la parte superior de éste, quizás en actitud onanista.

 

 

Ya pasando al ábside, son los capiteles de sus vanos lo que más llama nuestra atención, pues si bien el alero del tejado está sostenido por una serie de canecillos, veintitrés en total, sólo unos pocos son los que nos interesan.

 

 

EL ÁBSIDE


Va precedido, como es norma general, del tramo recto del presbiterio, y alberga un total de veintitrés canecillos. Empezando desde el presbiterio, y de izquierda a derecha, nos encontramos con los siguientes.

 


 

 

 


Can.Abs. I: Cabeza de animal.

Can.Abs. II: Geométrico.

Can.Abs. III: Cabeza de animal.

Can.Abs. IV: Figura femenina sentada en actitud onanista.

Can.Abs. V: Figura masculina, sedente y desnuda.

 

 

 


Can.Abs. VI: Gran voluta.

Can.Abs. VII: Cabeza de hombre barbado semicalvo.

Can.Abs. VIII: Cabeza de caballo con sus correspondientes arreos y bridas.

Can.Abs. IX: Geométrico.

Can.Abs. X: Especie de dos cilindros verticales tangentes y alguna decoración en su superficie.

Can.Abs. XI: Monstruo Andrófago.

Can.Abs. XII: Geométrico, dos rectángulos superpuestos.

Can.Abs. XIII: Antebrazo derecho con la mano abierta y mostrando la palma de ésta.

Can.Abs. XIV: Gran bola medio cubierta.

Can.Abs. XV: Entrelazo de serpientes.

Can.Abs. XVI: Cuatro rollos horizontales.

Can.Abs. XVII: Juglar músico.

Can.Abs. XVIII: Figura sedente, portando barrilito.

 

 

Can.Abs. XIX: Cabeza de cabra o macho cabrío de grandes cuernos volteados hacia  atrás, y bajando, le enmarcan el rostro.

Can.Abs. XX: Figura de animal agazapado con la cabeza  volteada hacia la izquierda.

Can.Abs. XXI: Posible cerdito en actitud de comer u olfatear el suelo.

Can.Abs. XXII: Figura humana muy deteriorada a la que le falta incluso la cabeza.

Can.Abs. XXIII: Bastante deteriorado, parece animalístico.

 

 


 




Empezando su descripción por los canecillos del alero del muro del presbiterio sur, el Can. Abs. IV presenta una
figura femenina sentada. El cabello le cae a ambos lados del rostro, con la mano derecha parece tocarse los senos, mientras que con la izquierda se toca los órganos genitales. De nuevo no cabe duda que nos encontramos ante una actitud onanista.


 

 





A continuación, en el canecillo contiguo, Can.Abs. V, vemos a un personaje masculino desnudo, y sentado con las piernas abiertas, por lo que podemos ver que en su día era portador de un gran falo hoy en día destrozado. El canecillo se encuentra en bastante mal estado de conservación, pero todavía podemos percibir un rostro con la boca desmesuradamente abierta, como si cantara o gritase, y con las manos parece sujetar un objeto que apoya sobre el hombro izquierdo. 




De nuevo en el Can. Abs. XI nos encontramos con la típica iconografía del monstruo andrófago, una cabeza monstruosa que con las fauces cerradas engulle la cabeza de una figura humana de rodillas, desnuda y de espaldas, que se sujeta con ambas manos a la cabeza del monstruo. Es igual al que aparece en el capitel del lado del evangelio del Arco Toral.

 









El Can. Abs. XVII presenta a un juglar tocando el arpa.  Parece tratarse de un personaje totalmente calvo o rasurado, pero por el contrario barbado. Aunque no puede apreciarse muy bien, va vestido con una especie de larga túnica, pues se nota todavía la talla de las estrechas mangas en las muñecas. Con el instrumento entre las piernas, y apoyado en su hombro izquierdo, mira hacia lo alto y parece tañer las cuerdas de éste, el cual todavía conserva cierto virtuosismo de su talla en el canto.

 

Y ya para terminar esta muestra de canecillos interesantes para nosotros, ubicados en el ábside, hace su aparición el tema del personaje portando barrilito, pues a continuación de esa iconografía juglaresca, en el Can. Abs. XVIII, vemos a una figura, al parecer masculina, que en actitud de descanso aparece sentada y como con los párpados entornados, sosteniendo sobre su hombros el habitual tonel o barrilito.

 

 

 



Son sin embargo, y como ya mencionamos, los capiteles de los vanos del ábside, los que presentan una mayor riqueza escultórica, por ser también los mejor conservados.

 

 




Cap. Izdo. Vent. Abs.I nos muestra en la cara exterior dos personajes vestidos con larga túnica que les llega casi hasta los tobillos, y encima se cubren con manto un poco más corta. El más próximo al esquinal, levanta el brazo derecho en actitud de bendecir mientras que con el izquierdo se recoge el manto cuyos pliegues en paralelo le caen por encima de éste que mantiene flexionado. El personaje que está a su derecha, luce un atuendo semejante al del anterior y, con el brazo derecho también flexionado, se lleva la mano abierta al pecho, la otra no se percibe, debe de estar oculta detrás de su compañero. Ambos se encuentran en actitud un tanto solemne con los párpados entornados, y muestran la cabeza completamente rasurada y el rostro imberbe.

 

En la cara interior del capitel dos figuras en actitud de marcha apoyan sobre su hombro derecho un gran palo, en el que está insertado por el asa un caldero típico de los de aquel tiempo, de maderas perpendiculares y unidas por aros de hierro. Van vestidos con la típica aljuba, vestido corto popular, y al igual que los otros son imberbes y con la cabeza rasurada. Se tiende a identificar esta representación iconográfica con dos obreros portadores de caldero, pero la mayoría de las veces, y por el contexto en que aparecen, sería mejor identificarlos con personajes portadores de alguna ofrenda, quizás incluso en algunos casos como símbolo de resurrección, si tenemos en cuenta la tradición celta.

 

 

 

 

En el Cap. Drcho. Vent. Abs.I nos aparecen los mismos personajes vestidos con largas túnicas y manto encima, que recogen con uno de sus brazos. Su actitud sigue siendo solemne. Imberbes y de cabeza rasurada, siguen entornando los párpados. Son en total cuatro, y forman pareja dos a dos. En cuanto a los de la cara exterior, el que está más próximo al esquinal del capitel levanta el brazo izquierdo en actitud de bendecir, y mantiene la otra mano cerrada con una especie de pomo o huevo en su interior. Su compañero se lleva la mano izquierda al pecho, mientras que el brazo derecho lo pasa a través de la espalda de la otra figura y la coge por el hombro.

 

En la cara interior vemos a otras dos figuras similares. El más próximo al esquinal vuelve a mantener cogido, ahora en su mano izquierda, esa especie de pomo o huevo, mientras que entrelaza la derecha a la mano del otro personaje, y ambos las mantienen en alto, con el brazo extendido y la palma de ésta cara al espectador.


 

 

 

Pasando a la siguiente ventana, en el cuerpo del Cap. Izdo. Vent. Abs. II, nos aparecen, en la parte superior de ambas caras, dos rostros humanos de idéntica factura. Tienen abundante cabellera corta y rizada, y de rasgos más bien jóvenes. Mientras que el de la cara exterior parece tener los ojos abiertos, viéndosele el globo ocular, el de la interior da la sensación que se encuentra con los ojos entornados. Debajo de éstos se encuentra una hilera de piñas, cinco en total. La del extremo de la derecha conserva perfectamente su talla, no así la de la izquierda que, quizás por encontrarse más a la intemperie, la ha perdido prácticamente. De las tres del medio hoy en día no sabemos si la tuvieron o fueron de superficie lisa, pues su estado de conservación es bastante bueno, pero no muestran huella de talla.

 

 

En el ábaco volvemos a encontrarnos a los mismos personajes del capitel de la primera ventana, pero ahora sólo está representada su cabeza. Esta se encuentra rasurada y son imberbes. A primera vista parecen como dormidos, pero, al prestarles mayor atención, nos damos cuenta que sus globos oculares están muy marcados, al mismo tiempo que no encontramos prácticamente diferenciaciones en los rasgos, teniendo que los rostros están apenas individualizados.

 


 

El capitel derecho de la misma ventana, Cap. Drcho. Vent. Abs. II, presenta en el cuerpo del mismo, y en su parte superior, motivos de volutas, mientras que la inferior tiene forma acampanada, como si fuera una flor que presentara en sus bordes ondulaciones cóncavas. En cada uno de estos huecos aparece albergado un motivo muy repetido también en canecillos, y que veníamos denominándolo como bola o fruto. En este caso prácticamente podríamos identificarlo con una manzana, pues su forma es prácticamente la misma. En un total de cinco se presentan en idéntica composición a las piñas del capitel anterior, y en la parte superior llevan como una especie de apéndice del que parte una hoja que se dirige hacia atrás, por lo que solo podemos percibir su nacimiento.

 










La tercera ventana del ábside tiene también capiteles, cuya iconografía parece relacionada con la temática que nos ocupa. 

 

                     

En el cuerpo del Cap. Izdo. Vent.Abs. III vemos, en ambos laterales, una figura de animal que podríamos identificar con los típicos leones, que no cesan de aparecer en esta zona, cuyas cabezas juntan en el esquinal. El rabo desde atrás, introduciéndose entre los cuartos traseros, aparece lateralmente rozando el vientre y les sube hasta el lomo. Entre las patas delanteras de éstos, una cabeza humana, de las mismas características de las anteriormente descritas, se asoma entre ellas. Parece corresponder a un cuerpo que, aunque no se ve, estaría echado en el suelo, y con las manos se agarra a las patas delanteras de los mismos. Sobre los lomos de los citados leones se recortan dos cabezas animalísticas que no podemos identificar con ningún animal concreto.

 

 
 


 

 

  

Compañero de éste, por encontrarse en la misma ventana, es el Cap.Drcho. Vent. Abs. III que presenta en la parte superior del cuerpo del mismo, y en ambos laterales, las mismas cabezas de animales de difícil identificación. Ocupando todo el resto vemos tres figuras en cuclillas de largos brazos que llegan hasta el collarino, y unas manos que se agarran al mismo. Aunque tienen rasgos simiescos, no obstante, el cuerpo y el rostroes más humano que animal, y parece corresponder a individuos de corta edad.

 

 





El ábside está dividido en cinco tramos por medio de cuatro columnas adosadas con sus respectivos capiteles.


 

CAPITELES DE COLUMNA DEL ÁBSIDE


  1. Cap. Col. Abs. I: Bolas o frutos medio cubiertos por una  hoja.

  2. Cap. Col. Abs. II: Animalístico, parece representar la lucha de dos monstruos que se muerdenen los lomos.

  3. Cap. Col. Abs. III: En la parte central dosaves  que vuelven sus cuellos y parecen picarse entre las alas.

  4. Cap. Col. Abs. IV: Con volutas.

 

 



 

EL INTERIOR

 

 

En el interior,  su arco de triunfo nos vuelve a presentar capiteles iconográficos.

 

 

  

CAPITELES DEL ARCO TRIUNFAL


 



En el Cap. Izdo. Arc. Tr. aparece el tema del andrófago en la parte central del cuerpo del capitel. En los laterales dos grandes volutas recorren las caras de los mismos, saliendo del centro de las mismas un rostro humano, se completa la decoración en el lateral izquierdo con una piña y ave sobre animales enfrentados que parecen beber de una copa, mientras que en el derecho la piña se ha convertido en otra cabeza humana. Esta descripción la damos según García Guinea (García Guinea, 1979, T.I, pág.352-53), pues tal es la erosión en que se encuentra el capitel, que difícilmente podemos actualmente distinguir lo que en un principio se manifestaba en él.


  

 

 

La parte central del capitel Cap. Drcho. Arc. Tr. la ocuparía una cabeza humana que surge de entre volutas situadas en la zona superior del mismo. Debajo nos encontramos quizás con una escena procesional. En el lateral izquierdo aparecen dos personajes portando caldero. En el lateral derecho tenemos una figura sedente y otra de pie completamente destrozada. De nuevo, esta descripción es según nos dice según García Guinea (1979, T. I, pág. 352), pues debido a su erosión es imposible actualmente saber lo que en un principio se representó.



 

 


El ábside, junto con la zona del presbiterio que le precede, se organiza a través de nueve arcaduras ciegas que apoyan sobre columnas con sus respectivos capiteles, ocho en total, abriéndose al exterior, el semicírculo del mismo, a través de tres vanos de medio punto que presentan, al interior, seis capiteles más.

 

 

ARQUERÍA INTERIOR ABSIDAL

 

 


 


Los capiteles se encuentran bastante erosionados, no obstante, intentaremos describir algunos aspectos que aún se aprecian, apoyándonos de nuevo en las descripciones que en su día hizo García Guinea.


Comenzando por el presbiterio, y de izquierda a derecha según el punto de vista del espectador, tenemos.

 


Cap. Int. Arq. Abs. I: Parece una escena procesional, seis personajes vestidos con manto,

dos de los cuales levantan una de sus manos como en actitud de bendecir.



 

 

  

Cap. Int. Arq. Abs. II: Tres figuras echadas y desnudas, y en la mano

derecha un puñal, la otra la apoyan sobre cabezas cortadas.

 



 
 
  1. Cap. Int. Arq. Abs. III: Figura desnuda, la mano izquierda en lo alto y la derecha la lleva a la zona

  2. de los genitales. En la esquina dos leones que apoyan sus patas en el collarino, y otros dos en el otro

  3. esquinal.  En el centro  del cuerpo capitel, dos leones  parecen en actitud de bendecir y de su mano

  4. nacen volutas. En el otro lateral tenemos una figura desnuda muy semejante a la primera descrita.

  

 


 
 
  1. Cap. Int. Arq. Abs. IV: En el lateral personaje alado con bastón.  Le sigue otra figura desnuda

  2. muy deteriorada,  y el lugar en donde debió de existir  otra muy parecida,  hoy completamente

  3. devastada. Otra figura de perfil ocupa el lateral izquierdo, llevando en la mano quizás un trébol,

  4. hoy en día también destrozado.

 

 


 
   

  1. Cap. Int. Arq. Abs. V: Vegetal con palmas dobladas y volutas.

  2. Cap. Int. Arq. Abs. VI: Línea de piñas cubiertas por palmas.

  3. Cap. Int. Arq. Abs. VII: Aves afrontadas y motivos de volutas.

  

  

  

 
  1. Cap. Int. Arq. Abs. VIII: En el lateral izquierdo dos personajes en postura ritual se llevan las manos

  2. al vientre y hombros. En la zona central otros dos sujetan un caldero y portan una especie de vasos.

  3. En el  lateral derecho  dos figuras  se llevan  una mano  al vientre  mientras que  con la otra se cogen

  4. mutuamente.