Santa María la Mayor de Villacantid









Se encuentra situada esta iglesia también en el Valle de Campoo, en la zona de Campoo de Suso, al Oeste de Reinosa, y encerrada en la hoya que forman las sierras de Sejos y Abra, pasando muy cerca de ella el río Hijar.


El valle de Campoo de Suso ha sido siempre, geográfica e históricamente, un límite. Situado al Sudoeste de la actual provincia cántabra, las cumbres elevadas que lo rodean, aparecen, desde la creación de Castilla independiente, como borde divisorio entre los territorios leoneses y castellanos. (García Guinea, 1979, T.II, pág.374) El lugar debió de tener, pues, importancia desde antaño, ya que está situado precisamente por donde debió pasar el camino que cruzaba el portillo de Somahoz, paso obligado hacia la región palentina,  collado transitado desde la muy remota antigüedad, y que muy probablemente debió de ser una antigua calzada o camino romano. Desde muy antiguo existía ya en este portillo una ermita o santuario dedicado a Nuestra Señora. La iglesia actual, situada en una pequeña lomilla, está colocada en el cruce de dos caminos que siempre debieron utilizarse, apareciendo como centro religioso, también de indudable antigüedad. (García Guinea, 1979, T. II, pág.379)


De ella no tenemos fecha de consagración atestiguada, pero el pueblo de Villacantid aparece ya por primera vez mencionado en el Fuero de Cervatos (999), en el que se nombra una iglesia dedicada a San Pedro, y de carácter monasterial, que es cedida por Sancho Garcés al citado monasterio: “...in Villa Cannis monasterium Sacti Petri cum suiseclesiis”. (García Guinea, 1979, T.II, pág.377).


Para García Guinea, es a finales del S.XII cuando debió de levantarse la fábrica románica de Santa María de Villacantid (García Guinea,  1979, T.II, pág.378), de la que sólo nos queda actualmente el ábside y la puerta adosada al presbiterio Sur, y formaría parte de un grupo románico popular, el románico de la región de la antigua Castilla (Asturias de Santillana y Norte de ), que tiene muchas semejanzas formales y decorativas, pues iconográficamente utiliza escenas historiadas, simbólicas o no, teniendo además que tanto los personajes como sus vestidos, están impregnados de un arcaísmo que recuerdan los de Frómista, e incluso la aplicación de ciertos motivos, como son las ocas en los ángulos del ábaco, recuerda algo a San Isidoro de León y al castillo de Loarre. Así mismo, el citado autor apunta que es muy digna de tenerse en cuenta la relación de este románico de Villacantid, y en general del románico de Campoo, con ese núcleo original y de grandes influencias nórdicas de toda la región del Norte de Palencia, cosa que no es de extrañar teniendo en cuenta que las relaciones de esta parte de la provincia montañesa con Palencia han sido siempre intensas. Plásticamente existe una semejanza tal del románico de Zorita del Páramo, Mave, Cabria, Cenera de Zalima, Pozancos, etc., con el de Villacantid, que no puede por menos de introducir a ésta en el foco palentino. (García Guinea, 1979, T. II, pág.395).

 

 



No obstante, y aunque no tenemos motivos para dudar de que parte de su plástica pertenezca ya a esa segunda mitad del S. XII, e incluso a finales del mismo, pues algunas partes arquitectónicas así lo indican, existen una serie de canecillos en el ábside, que, tanto por su iconografía como por su estilo, nos están emparentando con una plástica anterior, que entra de lleno en la temática tratada por nosotros en este estudio, y que se podrían considerar no como reminiscencias iconográficas de una plástica anterior sino que, quizás, y por todo lo dicho anteriormente en cuanto a la importancia de este lugar desde antaño, bien podrían ser restos más primitivos, anteriores a los otros motivos representados que nos ligan al románico de Mave, Cabria Pozancos, etc.

 

 

El ábside presenta en total catorce canecillos, pertenecientes al semicírculo absidal y al presbiterio Norte. En cuanto a la iconografía que observamos, de izquierda a derecha es la siguiente:



 
 


  1. Can. Abs. I  : Animalístico.

  2. Can. Abs. II : Animalístico.

  3. Can. Abs. III : Muy erosionado.

  4. Can. Abs. IV : Posible escena onanista.

  5. Can. Abs. V : Bola o fruto medio cubierto por una hoja.

  6. Can. Abs. VI : Semejante al anterior.

  7. Can. Abs.VII : Ostentación del sexo femenino.

  8. Can. Abs.VIII: Ostentación del sexo masculino.

  9. Can. Abs. IX : De muy difícil identificación.

  10. Can. Abs. X : Monstruo andrófago.

  11.  

 

 

 

 

 

 
 

 

 


 

Can. Abs. XI  : Bola o fruto casi cubierto por una hoja.

Can. Abs. XII : Semejante al anterior.

Can. Abs. XIII: Con iconografía destruida.

Can Abs. XIV : Con iconografía destruida.

 

 

 



El semicírculo absidal, se organiza a través de tres cuerpos verticales, separados por contrafuertes de columnas pareadas, cuyos capiteles presentan una iconografía historiada.

 

 

CAPITEL I  DE COLUMNA DEL ÁBSIDE

Nos muestra la caza del oso


 




 

CAPITEL II  DE COLUMNA DEL ÁBSIDE

Caballeros luchando en un torneo



 
 



También en esta parte de la iglesia, en el medio del semicírculo absidal, se abre una ventana de medio punto que presenta capiteles iconográficos cuyos motivos son zoomorfos, pero de iconografía fabulosa o fantástica, y de una cronología que creemos posterior, por su estilo, a los canecillos anteriormente mencionados.


Por lo que respecta a los capiteles del Arco de Triunfo, creemos que también estos pueden tener una cronología posterior, pues han desaparecido los típicos motivos de leones y de águilas con las alas explayadas, y en su lugar tenemos otros motivos típicos de momentos posteriores. El capitel izquierdo nos ofrece una escena de combate con personaje mediador, mientras que el derecho presenta fauna monstruosa e híbrida.