Alusión al Pecado



No cabe duda de que en muchos casos vemos aparecer hombres y mujeres desnudos simbolizando toda clase de vicios y de pecados, no obstante, en la plástica románica, siempre que la mujer aparece como símbolo del pecado, siempre lo hace asociada a algún elemento que así lo indica, pues, si bien en algunas ocasiones vemos al hombre y a la mujer que muestran sus genitales con el mayor descaro, como es el caso de dos canecillos del ábside de la iglesia de Pecharromán, Segovia, (Ver reproducciones en: RUIZ MONTEJO, Mª I.: "La temática obscena en la iconografía del románico rural". Rev. GOYA. Nº 147. NOV.- DIC. 1978, pág.139)  no obstante, el contexto con el que se relacionan en este caso está aludiendo al mundo del pecado y del vicio que recibe su castigo, (RUIZ MONTEJO, Mª I.: El Románico de Villas y Tierras de Segovia, pág. 97) ausente completamente en el mundo de nuestra iconografía. Así también, por ejemplo, en un capitel de la catedral de Autum, tenemos a esta mujer desnuda y no exenta de cierta gracia insinuadora, paralelamente un hombre, como embelesado ante la contemplación de esta figura, es cogido de la mano por un demonio. (Descripción del citado capitel en: GUERRA, M.: Simbología románica. El Cristianismo y otras religiones en el Arte Románico, pág. 287


Más claramente vemos una alusión al pecado, cuando nos aparecen tanto hombres como mujeres víctimas de horrendos castigos y sufrimientos. Así en una dovela, conservada en el Museo de la Catedral de Santiago, vemos a una mujer mordida en la lengua por serpientes que tiran de ella hasta taparle los ojos y la frente, en otra a un hombre le muerden en los testículos y el falo; en el arco lateral derecho del Pórtico de la Gloria, a una mujer le comen las manos; las piernas y las orejas en el claustro de la Catedral de Ciudad Rodrigo; y en Cortézubi (Vizcaya) muerden el vientre de un hombre. También en la iglesia de Sequera (Segovia), en un capitel de la ventana absidal, aparecen hombres mordidos por serpientes, siendo éstos dos personajes que danzan y tañen un instrumento de cuerda respectivamente. (Reproducción en: RUIZ MONTEJO, Mª I. - El Románico de Villas y Tierras de Segovia, pág. 156. Para la citada autora, dicha representación alegorizaría el pecado del hombre de modo genérico y "como expresión de la liviandad que ha propiciado su tendencia a los malos actos". Ibídem, pág. 147)


También, la imagen de la mujer mordida por serpientes, símbolo primitivo de la Madre Tierra en otras culturas, se convierte en la mujer lujuriosa y castigada por ello. (Ejemplos recogidos en: GUERRA, M.: Op. cit., pág. 302)  En Sainte-Croix de Burdeos cinco símbolos de la lujuria se encuentran en el arco derecho de la portada, dándose el caso particular de que en este caso las mujeres aparecen vestidas y acompañadas cada una por la figura del demonio. (Ibídem, pág. 235, en nota 46 a pie de página. Recoge también en ella gran número de ejemplos tanto hispanos como franceses, en donde reconoce el símbolo de la lujuria en esa mujer desnuda con serpientes enroscadas a su cuerpo que succionan sus pechos) 


Otras veces, como sucede por ejemplo en Moissac y San Pablo del Campo (Barcelona), a esa mujer desnuda se la capta en su dolor, cuando un sapo hace presa en sus pudenda, con el fin de conseguir el efecto moralizador de aversión al vicio sexual. (GUERRA, M.: Op. cit., pág. 236) Del mismo modo nos encontramos en un capitel de la Puerta de los Condes de SaintSernin de Toulouse a un hombre desnudo y sentado, al que unos demonios le laceran ostensiblemente el sexo, por lo que se ha querido ver en él representada la suerte del condenado en el infierno. (BEIGBEDER, 0.: Léxico de los símbolos,  pág. 164)