SEGUNDO ACTO 

Asistimos a éste a través de los capiteles de las ventanas situadas en el paramento del muro sur.

Es aquí, después que el tiempo normal ha quedado abolido o suspendido, cuando el hombre de Cervatos retorna al principio, a aquel tiempo en el que existía una unidad compacta, a aquel momento de la unidad no diferenciada que precedía a la creación, como lo vemos simbolizado en los capiteles de la primera ventana del muro sur.

Asistimos a esa primera fase de la transformación en el capitel de la izquierda, en el que contemplamos un cuerpo deforme, demasiado voluminoso para tratarse de uno solo, es como si estuviéramos más bien ante dos seres que se están fusionando, compartiendo ya cabeza y extremidades, a la vez que órganos genitales, para, a continuación, en el capitel contiguo, aparecer ya la figura del "Andrógino".

Androginia simbólica, totalidad, que posteriormente, sin embargo, será de nuevo fraccionada para que el mundo y la humanidad puedan nacer, como nos queda patente en los capiteles de esa primera ventana del ábside, situada en la parte sur del mismo, en donde el andrógino ha quedado de nuevo fraccionado en los dos principios: masculino y femenino.

Ya pasando a un nivel inferior del paramento del muro sur, en los canecillos que recorren el alero del tejaroz de la portada, asistimos al TERCER ACTO, en el que se produce el paso del "Caos" a la "Cosmogonía".

TERCER ACTO ACTO

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